Cien organizaciones étnicas se unen para esclarecer la verdad del conflicto en el Pacífico

El objetivo será esclarecer los daños causados a los pueblos afrocolombianos, indígenas y a sus territorios.

ENCUENTRO | Octubre 30 de 2018

Cien organizaciones étnicas se unen para esclarecer la verdad del conflicto en el Pacífico

Un grupo de cien organizaciones étnicas en alianza con representantes de la iglesia católica de la región del Pacífico conformó la Comisión Interétnica de la Verdad con el fin de participar del proceso de esclarecimiento de los daños causados a los pueblos afrocolombianos e indígenas y a su territorio.

Leyner Palacios, líder de las víctimas de Bojayá, Chocó, Jesús Florez y el padre Jesús Albeiro Parra en representación de la Comisión Interétnica de la Verdad, ofrecieron su disposición para aportar con metodologías, suministro de información y apoyo organizativo a la Comisión de la Verdad durante su mandato.

Los asistentes a la sede de la Comisión en Bogotá, manifestaron su interés en activar diálogos pastorales para que la verdad no profundice la polarización. Afirman, que es necesario activar nuevas formas de convivencia con reconocimiento de los pueblos ancestrales.

“Queremos ponernos al servicio de las comunidades para que contribuyan al esclarecimiento de la verdad»: padre Jesús Albeiro Parra de la Diócesis de Quibdó.

Cien organizaciones étnicas se unen para esclarecer la verdad del conflicto en el Pacífico

Este es el tercer encuentro con los comisionados, luego de acercarse en febrero y agosto, para exponer su hipótesis de trabajo y conocer las estrategias de participación y pedagogía que implementará la Comisión en su despliegue territorial.

Las comisionadas Patricia Tobón Yagarí y Ángela Salazar manifestaron que se realizarán consultas previas en el Pacífico y se tendrán en cuenta los aportes que las comunidades harán para que la “verdad sea un bien público” y responda al derecho de todas las víctimas del conflicto armado.

De esta propuesta participan en calidad de apoyo las Diócesis de Tumaco, Güapi, Buenaventura, Istmina, Tadó, Quibdó, Apartadó,la Arquidiócesis de Cali y un centenar de organizaciones étnico territoriales con representantes de todos los departamentos del Pacifico.

 

 

En los próximos días se conformará un grupo de trabajo para acordar formas de intervención en la región, documentación de los casos y propuestas de audiencias por la verdad. El comisionado Carlos Martín Beristain resaltó la importancia de contar con liderazgos como éste en el Pacifico que pueden ayudar en la preparación de los equipos de trabajo, el análisis de casos, y el apoyo de liderazgos espirituales para la estrategia psicosocial.

“Ustedes han estado desde el principio con la construcción de la paz en el Pacífico y con las víctimas; en una dimensión de profundidad, ofreciendo salidas hacia la reconciliación y haciendo valer en forma heroica el valor de las comunidades”, destacó Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad.

ASI ESTA LA SITUACIÓN DE DERECHOS HUMANOS EN EL CHOCO

En un informe dirigido a Miguel Ceballos, alto comisionado para la Paz, las entidades locales del departamento detallaron las violaciones que se manifiestan en el territorio.

El pasado 14 de septiembre, el Foro Interétnico Solidaridad Chocó, la Mesa de Diálogo y Concertación de los Pueblos Indígenas y las Diócesis de Istmina – Tadó, Apartadó y Quibdó enviaron un informe sobre la situación de los derechos humanos en el departamento al alto comisionado para la Paz, Miguel Ceballos.

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Chocó sigue viviendo hoy una situación preocupante por las continuas violaciones a los derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario”, escribieron.

Uno de los temas más evidentes en la crisis de DD.HH. en el departamento es la presencia de grupos armados ilegales como el Eln y Clan del Golfo. Esto implica que existen economías ilícitas que ocasionan extorsiones y tráfico de droga, además, se encuentran en los territorios, por causa de estas estructuras, minas antipersonales y otros problemas, como el reclutamiento a menores de edad, presiones a la comunidad, se manifiestan.

“(Estos grupos) programan arbitrariamente actividades deportivas y eventos culturales en los territorios y obstaculizan a las comunidades en la realización de sus labores tradicionales. En el presente año se han presentado varios desplazamientos forzados masivos, bloqueos económicos, ocupación de escuelas y casas comunitarias, intimidación, secuestros, confinamiento, asesinatos a líderes y amenazas, tal como lo han denunciado las organizaciones étnicoterritoriales, la Iglesia Católica, la Defensoría del Pueblo, la ONU, Human Rights Watch y Amnistía Internacional”, se lee en el informe.

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De acuerdo con las entidades locales, las Fuerzas Militares no son suficientes para contrarrestar el accionar de estos grupos.

Otro de los temas que preocupa a la población chocoana es el aumento en los homicidios en las zonas urbanas de Quibdó, Istmina, entre otras localidades. Esto se responde a la presencia de los grupos armados que imponen sus propias reglas en estos territorios.

La situación de violencia urbana se agrava por el mal funcionamiento del sistema carcelario, caracterizado por el hacinamiento, la inoperancia de los mecanismos de resocialización y las acciones delictivas llevadas a cabo por algunos internos y por quienes pagan sus penas con la medida de casa por cárcel”, aseguran.

Además del tema de seguridad y orden público, los temas de alimentación y salud aquejan también a la población, siendo los niños, mujeres y ancianos los más afectados. “No hay una política gubernamental que favorezca la producción agrícola, a lo cual se suman las afectaciones a los cultivos de pancoger por el conflicto armado, las aspersiones aéreas y la minería ilegal (…)  La calidad y la cantidad en la infraestructura hospitalaria siguen siendo absolutamente deficientes”.

Son 15 los menores de edad que han muerto en las pasadas tres semanas por la falta de una atención oportuna, situación derivada de un sistema de salud ineficiente.

Le suman a la problemática la “degradación ambiental” consecuencia de la minería ilegal, los cultivos ilícitos, la tala de árboles y el inadecuado manejo de los sólidos por parte de la comunidad y las instituciones estatales.

Por último, exponen el conflicto de intereses en los modelos económicos propuestos por la comunidad que tienen un enfoque étnico y de desarrollo sostenible; mientras que el Gobierno apela por la extracción sin cumplir los acuerdos recogidos en la consulta previa.

Junto a los puntos que dejan a consideración de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz para una pronta intervención, en el informe se leen las estrategias hechas por la sociedad civil como la visibilización de la situación a la Defensoría del Pueblo, que expidió la Resolución Defensorial 064 de 2014 con recomendaciones que no han sido implementadas; la audiencia en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en 2014, en la que el Gobierno Nacional se comprometió, pero aún no ha cumplido; el enfoque étnico dentro de los acuerdos de La Habana; entre otras denuncias que no han causado efecto.

Por tal motivo, con este informe exigen el cumplimiento de los DD.HH. en Chocó, además de estrategias que vayan más allá de la reincorporación, que se mantenga una solución negociada al conflicto, al igual que se cumpla lo pactado con la antigua guerrilla de las Farc y se reanude prontamente la mesa de diálogo con el Eln.