Un S.O.S. por el Chocó

19 niños han muerto en Riosucio en el último año y medio por las condiciones de insalubridad de la zona. La Defensoría del Pueblo y el representante de la ONU para los Derechos Humanos hacen un llamado a las autoridades. 

3 de marzo de 2015

El video habla por sí solo. Es una playa sucia, llena de basura, en donde un grupo de niños juega. Se tiran al piso, se agachan, corren y hacen sus necesidades en el río. El mismo río en el que se bañan, toman agua y las mujeres lavan la ropa.

Las imágenes las grabaron la Defensoría del Pueblo y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en la última visita que realizaron al Bajo Atrato chocoano, y de la cual llegaron preocupados por la situación de la comunidad, que tiene dificultades para acceder a servicios básicos.

De hecho en Riosucio, el municipio en el cual grabaron las imágenes, 19 niños han muerto desde julio de 2013 –cinco de ellos desde diciembre– y, según la Defensoría, sus fallecimientos pudieron haber sido prevenidos con una correcta atención en salud.

“Encontramos un número importante de niños con graves afecciones de diarrea, graves problemas respiratorios, graves problemas en la piel. Y lamentablemente  hay muchas barreras para acceder al derecho fundamental de la salud”, cuenta el defensor del Pueblo Jorge Armando Otálora.

Y es que la falta de acceso al agua potable afecta sobre todo a los menores; como no hay acueducto y el agua del río está contaminada por la basura, al consumirla sufren diversas afecciones.

Y para poder acceder a un servicio de salud de calidad, muchas comunidades deben hacer un recorrido de casi cinco días para llegar a Quibdó. Quienes se quedan en Riosucio son atendidos en un centro de salud al que, según se puede observar en el video grabado por las entidades, se le está cayendo el techo.

“Lamentablemente, el día de ayer, que estábamos en terreno, tuvimos que presenciar la muerte de un menor de un año y cinco meses, quien desde el día jueves se encontraba, a través de su familia, solicitando ser atendido. Lo estabilizaban por pocas horas, lo devolvían nuevamente, y al día siguiente se enfermaba”, cuenta Otálora.

Para Tom Howland, representante para la ONU de los derechos humanos en Colombia, esa situación demuestra que hay regiones abandonadas que conforman un país distinto al que los colombianos de las grandes ciudades conocen. “Este proceso de paz debería ayudar a todos los colombianos a entender su propio país y los desafíos que existen”, dijo.

De hecho, Riosucio tiene una coyuntura difícil por culpa del conflicto armado. A un lado del río Atrato hay control de las Farc, que han sembrado el terror desde hace 30 años. Al otro, están las Autodefensas Gaitanistas, una banda criminal surgida después de las desmovilizaciones de las AUC.

Por eso, en Riosucio hay una tasa alta de victimización. “Actualmente en la zona hay 30.000 habitantes, pero si ustedes revisan el registro único de víctimas van a ver que en hay 90.000 registradas de Riosucio. Una gran parte de ellos están desplazadas y viven en otro lugar”, cuenta Howland.

Esta no es la primera vez que las instituciones llaman la atención sobre la situación en el Chocó. En septiembre pasado, de hecho, Otálora regañó públicamente a tres ministros que no atendieron su llamado a una audiencia sobre la crisis en el departamento.

“La institucionalidad reacciona tarde. Nosotros continuaremos con las herramientas jurídicas que tenemos: las acciones de tutela y las acciones populares. La Corte Constitucional estuvo visitando Chocó y nos convocaron este mes para hacerle seguimiento al tema de salud. Creemos que con las medidas que adopten, empezaremos a tener resultados. Necesitamos medidas de choque para que los ciudadanos puedan acceder al servicio de salud”, dijo el Defensor del Pueblo.

  
http://www.reconciliacioncolombia.com/historias/detalle/719/un-s-o-s-por-el-choco

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