Áre de influencia de la Pastoral Social
La Pastoral Social pertenece a la Diócesis de Quibdó y se circunscribe como entidad eclesiástica, en la Regional Antioquía-Chocó, y su relación con las otras Diócesis del Pacífico, y Organizaciones Étnico Territoriales de esta zona, se da por medio de la alianza estratégica, conocida a nivel Nacional e internacional como la Coordinación Regional del Pacífico. En este entorno procura el trabajo en red en defensa del territorio y los derechos de las comunidades. Esta alianza entre la iglesia y las organizaciones étnicas tanto afros como indígenas, permiten visibilizar las afectaciones producto de la intervención del Estado colombiano y de empresas extractivas que no respetan en lo más mínimo la vida sociocultural de estas comunidades.
Su accionar es armónico y consecuente con esta estructura y la compatibilidad con sus objetivos es intencional. Así mismo, busca articular acciones con instituciones y organizaciones para ampliar el alcance y los resultados de las acciones emprendidas en procura de sinergias, en este marco es donde se alinea con la Coordinación Regional del Pacífico Colombiano en el encuentro de voluntades en función de esos logros comunes para la región.
Para el logro de sus objetivos la Pastoral Social además de su estructura interna que se apoya en los equipos evangelizadores presentes en el territorio de la Diócesis de Quibdó, tiene unos equipos especializados que lideran acciones tendientes al logro de sus metas tales como, la Comisión Vida Justicia y Paz, la Pastoral Afro y la Pastoral Indígena, o los equipos que se conforman para la implementación de proyectos que fortalecen las acciones de esos equipos para la Resolución de conflictos; apoyo a la Salud; trabajo con Infancia y Juventud, trabajo en Proyectos Productivos, se concentran en objetivos que se suman a la Visión.
El territorio de la Diócesis de Quibdó se identifica como una región que en sí misma constituye una enorme riqueza de biodiversidad y de culturas ancestrales y tradicionales, contrastada por un empobrecimiento generalizado de sus comunidades negras e indígenas que viven sin respuestas institucionales a la solución a sus necesidades básicas y se encuentran permanentemente desprotegidas en sus derechos fundamentales y colectivos, particularmente al territorio, el trabajo, la salud, la recreación, la vivienda, la alimentación, agua potable y educación.