Respecto de la población juvenil, uno de los trabajos fundamentales de la Pastoral Social ha sido el apoyo a jóvenes en situación de desplazamiento, vulnerabilidad y alto riesgo. Nuestro trabajo juvenil se ha caracterizado por atender a la juventud, a través de la Pastoral juvenil de la Diócesis, las distintas organizaciones juveniles y los diferentes grupos de edades y situaciones sociales de conflicto. Trabajamos, con:
La Infancia Misionera, o grupos de niños agrupados en las parroquias, a los cuales se les brinda un espacio recreativo y sobre todo formativo en los valores éticos del cristianismo, o el trabajo que realiza en casi todas las parroquias con los grupos juveniles, le garantiza a la Iglesia un poder de convocación y de influencia muy grande sobre la población juvenil.
El trabajo de los EPA. Otro de los trabajos realizados desde otras instancias de la Pastoral Social es el trabajo de los EPA, o Equipos de Pastoral Afro. Partimos del principio de que a estas comunidades negras no solo se les ha negado sus derechos como pueblo, sino que se les ha enseñado una versión ajena de su historia, que las ha conducido a la autonegación como grupo étnico (pérdida de la identidad, aculturación entre otras). Consecuencias como la debilidad organizativa, la escasa proyección, la baja dinámica social, que finalmente se manifiestan en la pobreza material y social, son fruto de dolorosos procesos históricos. Las organizaciones juveniles se han ido fortaleciendo con el trabajo sectorial de las organizaciones populares y de instituciones que se han comprometido con este segmento de población. La ausencia de líderes comunitarios por causa de amenazas, desplazamientos y exilio ha exigido a los líderes juveniles asumir responsabilidades frente a sus comunidades.