Una desgraciada mañana de septiembre amaneció roja y llena de cadáveres. Más de una docena de nativos y campesinos de los alrededores, fueron asesinados despiadadamente y sus cuerpos masacrados, abandonados a su suerte. La noticia se extendió por el Atrato; se arrastro en la champo de los pescadores, junto al ronquido de los bocachicos y el aullido de los perros sin dueño… Nadie podía enterrarlos: “que la creciente o los gallinazos den cuenta de ellos o a todos les va a pasar lo mismo”, habrían dicho los asesinos, que dejaron la impresa en la arena, una sigla que a todos inspiraba terror.
Venciendo sus miedos, decenas de mujeres llegaban en champas buscando a sus maridos. Algunas tuvieron la suerte de encontrarlos para acabar con su angustia de una vez por todas. Todos los días volvían con sus miradas lánguidas y perturbadas como una procesión de plañideras, a sembrar cruces y flores en la arena y a desafiar con sus gritos y lamentos a los carteros y aves de la muerte que no daban tregua.
Eran las viudas de la curva del diablo. Quienes pasaban, escuchaban sus alabaos y rezos atravesando el río como una maldición y seguían su mirada perdida en la misma de la selva verde en busca de respuestas. De esto hace más de diez y siete años. Nunca nadie ha sido condenado por esa aberración. Nadie ningún grupo ha confesado ente la justicia el hecho como parte de su verdad… Jamás existirá una respuesta aceptable, que justifique tanta barbarie, ganas lágrimas, tanto dolor.
Por: F. Sánchez Caballero
La Diócesis de Quibdó tiene el gusto de invitarle la Vernissage del Pintor,
F. Sánchez Caballero,
jueves 24 de septiembre de 2015,
hora: 5:00 PM, convento
Carrera 1 #26-91 Quibdó, Chocó