Rompiendo barreras: mujeres del Pacífico que enseñan a resistir

Dora Sepúlveda (Izq.) y Lucy Chamorro

– ¡Cómo se le ocurre que usted va a poder liderar este proceso! ¡las mujeres indígenas son analfabetas!, no tienen educación, no piensan, no son capaces, van a hablar incoherencias, sus palabras no sirven, su idea no va. ¿¡Ustedes creen que nos vamos a dejar mandar de una mujer!?, no saben compartir, se pueden enamorar y van a perder.

Así fueron algunas de las frases e insultos que tuvo que soportar una y otra vez Dora Sepúlveda, una joven emberá chamí del resguardo indígena El Veinte, en las montañas del Chocó. “Ser parte de la consejería de mi organización trajo consigo una serie de discriminaciones por el simple hecho de ser mujer, pero lo que no saben es que son ese tipo de comentarios y hechos los que nos motivan a nosotras como lideresas a seguir trabajando por nuestras mujeres” asegura Dora, que se ha convertido en una de las líderes de su comunidad con mayor proyección local y departamental, quien destaca además por su juventud: Dora tiene tan sólo 25 años y ya ha sido candidata a la asamblea departamental del Chocó, también integra la secretaría ejecutiva de la Comisión Interétnica de la Verdad del Pacífico.

Los estigmas machistas obstaculizan el trabajo de liderazgo de las mujeres indígenas y afrocolombianas, mujeres que han sido víctimas del conflicto armado y han sufrido múltiples violencias por parte de la sociedad patriarcal en la que vivimos.

Dora experimentó en carne propia las consecuencias del conflicto armado, a la edad de 14 años se salvó“por cosas de la vida” de ser reclutada por grupos
al margen de la ley. Ese capítulo de su vida, que aún recuerda con mucho dolor, se abre a través de cada una de las historias de vida de las mujeres que conoce a diario. “Las mujeres indígenas son mujeres de fortaleza, mujeres que les han matado sus hijas, reclutado sus hijos, matado a su esposo y sus hermanos… entonces creo que todas esas situaciones que marcan a la mujer indígena les dan fuerza para seguir luchando, para seguir defendiendo ese territorio, donde está sembrada su familia”, dice con voz fuerte y contundente.

Fue la fuerza, fortaleza y amor a su territorio lo que la impulsó a estudiar trabajo social, una carrera que ha despertado su entusiasmo. Ha trabajado en conjunto con otras lideresas que al igual que ella comprenden que la mujer indígena, al tener una conexión directa con la tierra la hace más fuerte y resiliente. “Dora se hace a través de todo esto, a través de la marcha y las necesidades que tenemos nosotras” expresa Lucy Chamorro, coordinadora del programa de mujeres de la Mesa departamental de mujeres indígenas del Chocó, otra lideresa a quien desde pequeña su padre inculcó la valentía para defender su territorio, ya que fue uno de los primeros líderes indígenas del Chocó.

Lucy Chamorro, lideresa indígena del Chocó.

Dora Sepúlveda y Lucy Chamorro están unidas por una motivación que nace desde sus corazones e historia personal. Nos motivan todos los procesos que tienen que ver con nuestras mujeres, su forma de vivir, su vulneración, lo que pasa dentro del territorio y la desatención de un Estado que no tiene en cuenta las políticas públicas diferenciales. Son retos que nos van motivando a tener un compromiso con nuestras mujeres” asegura Chamorro

Uno de los logros de estas dos lideresas indígenas, junto con otras compañeras, fue precisamente la creación de la Mesa departamental de mujeres en el 2011, conformada por las consejeras y/o coordinadoras de programas de las diferentes organizaciones indígenas del Chocó. Desde allí han podido capacitar a las mujeres en diferentes temas como liderazgo, participación política, proceso de paz, comunicaciones, derechos humanos y enfoque de género.

Aquello ha permitido potenciar esos liderazgos escondidos en el territorio por miedo a hablar, a expresarse y decir lo que sienten y piensan. “Los recursos que gestionamos no son muy grandes, a veces hay celos de otras mujeres que reclaman poder participar en estos espacios… muy motivadas las mujeres, demasiado, tienen muchas ganas de aprender”, recalca Sepúlveda, quien además es integrante activa de la Comisión Interétnica de la Verdad de la Región del Pacífico.

En el 2016 tanto Lucy Chamorro como Dora Sepúlveda hacen parte del primer congreso departamental de la mujer indígena, espacio que les permitió caracterizar los diferentes tipos de violencia que sufren y de donde obtuvieron los insumos necesarios para construir la política pública de la mujer indígena del Chocó. A pesar de tener estos avances la participación de las mujeres en los espacios institucionales y/u organizativos sigue siendo mínima. “No ha sido fácil para las mujeres indígenas que las escuchen, que la participación sea equitativa, es toda una lucha”, expresa Dora, quien en el 2016 presentó su candidatura a la Asamblea Departamental del Chocó y fue la indígena que más votos obtuvo.

Las cifras muestran que la brecha de participación de las mujeres con relación a los hombres es vigente, pues dentro de las organizaciones el número de mujeres sigue siendo menor con respecto al de los hombres, según Dora “no hay más de 100 mujeres”, la gran mayoría ejercen un papel de educadoras, es por eso que las tienen en cuenta, mas no para coordinar programas de las organizaciones.

De modo que para ellas es imprescindible capacitar también a los hombres, “en ocasiones son los hombres los que violan los derechos, maltratan, dificultan la participación, esto se da porque desconocen la capacidad de la mujer. Es necesario que conozcan y sepan todas las habilidades que tienen las mujeres y las normas que están a favor de nosotras. Eso haría que los hombres modifiquen el imaginario social sobre el rol de la mujer, sobre todo en un entorno tan arraigado como el indígena”, afirma Dora.

Luchando contra el peso de los estereotipos machistas que quieren ver a las mujeres encerradas entre la cocina y el cuidado de los niños, tanto Dora Elena como Lucy son ejemplo vivo de que se ha abierto otro camino que todas deben comenzar a recorrer. “Hay que seguir construyendo, perviviendo en nuestros territorios, indagando, pero también hay que seguir luchando por nuestros ideales y reivindicaciones”insiste Lucy Chamorro “no dejar que otros hablen y tomen la vocería por nosotras”. Eso mismo piensa Dora Sepúlveda que invita a sus compañeras a “no ser sumisas, no quedarse calladas por miedo: en el interior de nosotras hay muchas cosas bonitas”.

En este mes de marzo queremos compartir las voces de dos lideresas indígenas del Pacífico que llaman a sus compañeras mujeres a tomar la vocería de la lucha y la defensa de los territorios. Son Mujeres Pacíficas, mujeres que resisten y lideran.

Artículo original en verdadpacifico.org

Por: María Victoria Mazuera. Fotos: Matts Olsson / Comunicaciones CIVP

COMUNICADO – ESTAMOS VIENDO EL DOLOR DE NUESTRO PUEBLO

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Guapi, marzo 07 de 2020

COMUNICADO
ESTAMOS VIENDO EL DOLOR DE NUESTRO PUEBLO (cf. Ex 3, 7)

Los obispos de Nariño y Cauca reunidos en provincia eclesiástica, en el municipio de Guapi los días 5 -7 de marzo de 2020:

Manifestamos nuestra profunda preocupación por el sufrimiento de nuestros pueblos, que se expresa en el abandono del Estado de sus ciudadanos, en el incremento del número de homicidios, los continuos enfrentamientos de los grupos armados que ponen en riesgo la vida de las comunidades, el reclutamiento de jóvenes y niños, la corrupción y la inestabilidad política de algunos de nuestros municipios, el deterioro del medio ambiente, fruto de la tala indiscriminada de los bosques para la expansión de los cultivos ilícitos y el daño de nuestros sistemas hídricos por la contaminación producida por la minería ilegal.

En este contexto rechazamos el fenómeno del secuestro que vivimos en nuestra región, de manera especial el sucedido en los últimos días en el territorio del municipio de Guapi. Estamos convencidos que la vida humana, la libertad y la movilidad en el territorio son esenciales para el progreso de los pueblos. Por eso solicitamos a quienes los tienen retenidos que les permitan retornar cuanto antes al seno de sus familias. Invitamos a las autoridades y a toda la ciudadanía en general para que juntos protejamos la vida y hagamos nuestro mejor esfuerzo en la misión que se nos ha encomendado. Pedimos a los organismos nacionales e internacionales que tienen mandato para mediar en la liberación de los secuestrados, para que actúen eficazmente y se logre su pronta liberación.

Nos preocupa el incremento de los cultivos de uso ilícito en nuestras comunidades, y al mismo tiempo la posibilidad del reinicio de la fumigación, pues creemos que frente a las complejas problemáticas que vivimos en el territorio, se deben implementar soluciones estructurales, lideradas por el Estado y el compromiso de la sociedad civil.

Que la santísima Vírgen María acompañe y proteja la vida de todos.