21 de marzo se conmemora el Día Internacional por la Eliminación de la Discriminación Racial, proclamado en 1965 en memoria la masacre de más de sesenta personas negras durante una manifestación contra el Apartheid[1] en la ciudad de Shaperville, Sudáfrica.
Por el reconocimiento de nuestras cosmovisiones, conocimientos, territorios, derechos como pueblos, acciones afirmativas de Paz y del Vivir
21 de marzo se conmemora el Día Internacional por la Eliminación de la Discriminación Racial, proclamado en 1965 en memoria la masacre de más de sesenta personas negras durante una manifestación contra el Apartheid[1] en la ciudad de Shaperville, Sudáfrica.
Un día como hoy, con tanto significado para los pueblos del mundo, nos convoca a reflexionar sobre nuestra realidad como indígenas. Queremos enaltecer la lucha que a través de la historia han dado nuestros ancestros para enfrentar la violencia colonizadora sobre los territorios propios y garantizar que estemos aún aquí y pervivamos como pueblos. Nunca la defensa de nuestros derechos ha sido fácil, y se ha requerido una enorme valentía, fuerza, saber y compromiso para enfrentar las políticas de exterminio que sistemáticamente se han aplicado sobre nosotros.
Después de 523 años de imposición y sometimiento, hemos logrado que la sociedad no indígena reconozca que nos somos menores de edad ni salvajes, sino que somos los pueblos originarios de Abya Yala, y que tenemos derecho a existir como culturas en nuestros territorios. A pesar de este reconocimiento formal, sabemos que aún queda un largo camino para que cambien las estructuras mentales que sustentan la discriminación y la violencia racista. Ignorando el aprendizaje de la humanidad a partir de hechos tan dramáticos como el Apartheid, aún hay quienes proponen separar a los indígenas del resto de la población para que así dejemos de impedir con nuestras marchas, reclamos de territorio e ideas de equilibrio con la Madre Tierra, el supuesto desarrollo del país, concebido desde una lógica extractivista y explotadora de todas las otras formas de vida.
Frente al cultivo de estas ideas, es pertinente preguntarnos qué se requiere, entonces, para avanzar realmente en la lucha contra la discriminación racial. En primer lugar, es preciso entender la diversidad cultural no cómo un obstáculo sino como una riqueza y una invitación a la construcción colectiva y a la democracia, de la que tanto habla Occidente. Esto quiere decir aceptar que nuestros conocimientos y nuestras cosmovisiones son tan valiosos como todos las demás. En segundo lugar, respetar nuestros territorios, reconociendo nuestro legítimo derecho a existir y pervivir en ellos, y respetando nuestra autonomía para decidir cómo queremos vivir, con qué formas de economía y de gobierno.
En ese sentido, queremos dejar claro, que la lucha indígena desde La Guajira hasta el Amazonas, desde el Chocó hasta la Orinoquía es por las tierras que nos han usurpado, y que es nuestro compromiso recuperar; sin territorio no somos. Finalmente, es preciso reconocer el aporte que desde siempre hemos hecho a la sociedad; Colombia es indígena también, nuestro saber ancestral ha salvado vidas y ha protegido los ríos, los páramos, el desierto, las montañas y las selvas durante siglos, para todos y todas ciudadanos del mundo.
La declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (2007) plantea que “Todas las doctrinas políticas basadas en la superioridad de determinados pueblos o individuos que la propugnan aduciendo razones de origen, nacionalidad, o diferencia raciales, religiosas, étnicas o culturales son racistas; científicamente falsas, jurídicamente inválidas, moralmente condenables y socialmente injustas”. Que ésta fecha sea una oportunidad para seguir cambiando paradigmas, para construir entre todos y todas una sociedad justa y para expresar nuestro reconocimiento, admiración y solidaridad con las luchas de los pueblos hermanos. Que nuestra voz y nuestra fuerza siga tejiendo mejores mundos posibles.
Por todo lo anterior, ratificamos a una sola voz, que frente al fusil la Palabra y sigan contando con los Pueblos Indígenas de Colombia y el mundo para Paz nunca para la guerra; por ello en todos los territorios portamos el Bastón de la Paz en alto, en defensa de la Vida y la Madre Tierra. Como solos no podemos, les invitamos a todas las sociedades del mundo a cambiar las corbatas por los bastones de Paz, caminando la Palabra dulce y desalambrando fronteras, todos y todas en la Marcha por la Paz, este 9 de abril.
AUTORIDAD NACIONAL DE GOBIERNO INDÌGENA – ONIC
ComunicaONIC – www.onic.org.co [email protected]
[1] Sistema de segregación racial aplicado en Sudáfrica y Namibia (entonces parte de Sudáfrica), que estuvo en vigor hasta los años noventa del siglo pasado. Bajo el argumento de promover el desarrollo, consistía en la creación de espacios separados para la población negra y la población blanca y la negación de los derechos de la primera, como el derecho al voto.