Con este resultado será difícil reducir a cero la tala en la Amazonía para 2020 y disminuir, para ese mismo año, la tasa de pérdida de bosque a 50.000 hectáreas a nivel nacional. “La integridad es la respuesta para lograr el control de la deforestación en el país”, indicó el ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo tras el preocupante anuncio.
Teniendo en cuenta los núcleos donde se concentra la pérdida de bosque (Amazonía, Nororiente de Antioquia, Norte de Santander, Sarare, Pacífico Sur, Sur del Chocó) el jefe de la cartera presentó una seria de estrategias del Gobierno para combatir este problema. “El control se hará a través de la creación de un marco de políticas públicas, coordinación técnica e institucional, que vincule al sector productivo, comunidades locales y sociedad civil para mejorar la gestión de los bosques bajo un enfoque de desarrollo rural integral”.
Es decir, más incentivos para las comunidades indígenas, negras y afrocolombianas y la titulación colectiva del territorio para esas poblaciones étnicas debido a la relación que ellos tienen con los ecosistemas. Esta iniciativa, bajo el nombre de Visión Amazonía, se concentra en acuerdos de conservación de bosque a través de exoneración de impuestos y ordenamiento territorial con enfoques ambientales.
Además, el Gobierno implementará mecanismos financieros sobre los bosques, no solo de comando y control o asistencialismo, sino de mercado y discusiones desde el Estado sobre el uso de los territorios nacionales, porque, como declaró Murillo, las licencias mineras pedidasen el Amazonas no coinciden con las metas que tiene el país para demarcar la frontera agrícola, ni con el compromiso internacional de hacer desaparecer la deforestación en el país para el año 2030.
Otra de las estrategias es la Comisión Intersectorial de Control de la Deforestación y su respectivo protocolo. La iniciativa será liderada por la presidencia junto a Minambiente, con el apoyo del Ideam y los Ministerios de Defensa, Trasporte, Minas y Energía y agricultura. Por otro lado, el control de delitos ambientales está siendo tarea de la Fuerza Pública, la Fiscalía y la Procuraduría en las ocho burbujas de lucha frontal contra la deforestación. Los resultados de esta estrategia han sido cerca de 118 operativos, 59 capturas y 269 hectáreas de tala de bosque neutralizadas.
Asimismo, Bosques de Paz es otra de las acciones de conservación por medio de un cinturón verde para evitar la tala de árboles. El proyecto es una manera de entender las dinámicas de estos territorios, tras la firma del Acuerdo de Paz.
Según Wendy Arenas, asesora de la Alta Consejería para el Postconflicto, “si bien el cese del conflicto nos va a dar posibilidades enormes, esta cifra nos brinda una alerta grande. Sabíamos que podía pasar porque una vez se empieza a vislumbrar la firma de la paz, la tasa de deforestación empezó a aumentar y no es un secreto que las zonas que dejaron las Farc son un territorio donde ahora gobiernan otros actores que se están lucrando de la tala”.
Para el director de Seguridad Pública e Infraestructura del Ministerio de Defensa, Alvaro Cháves, el problema urgente son las dinámicas delincuenciales. “La totalidad de los recursos de las bandas criminales vienen en buena medida de actividades que generan un deterioro ambiental y que tienen una incidencia fuerte en la deforestación de los bosques del país. Y no solo con cultivos ilícitos sino con la extracción ilícita de minerales”, concluyó el funcionario.