El 11 de diciembre la Policía Antinarcóticos fumigó nuevamente el municipio del Alto Baudó. Lo más afectado es la producción agropecuaria. "Bonita" navidad pasada por hambre la que ofrece el gobierno de Juan Manuel Santos. Hasta la saciedad distintos sectores políticos, económicos, organizativos e indígenas le han subrayado al gobierno que las fumigaciones aéreas no matan la coca, pero sí generan hambre en las comunidades, puesto que lo más afectado son los cultivos de pancoger.
El 11 de dicembre en la mañana comenzó la triste navidad para el resguardo Catrú Dubasa-Ancosó, donde viven diez mil indígenas. Los Embera no salían de su asombro al ver nuevamente las avionetas asperjando veneno. Ya lo habían denunciado ante organismos nacionales e internacionales en la actividad Baudoseando, un recorrido por el Baudó en el cual se escuchó de primera mano las afectaciones de la fumigación y el precario estado de los DESC, realizado del 15 al 18 de septiembre del presente año.
Este resguardo ha sufrido las consecuencias de una guerra que no les pertenece. Desde abril a junio se desplazaron 3200 indígenas que hoy no han podido retornar en condiciones dignas. Sólo el hambre los hace volver a sus fincas para cortar el plátano y la yuca. Ahora las fumigaciones han envenado sus cultivos. En denuncias de Gabriel Forastero, dirigente indígena: "Las aspersiones afectan los sitios sagrados, los cultivos de maíz, arroz, plátano, cacao, yuca y banano y los peces. Y las personas presentan infecciones en la piel, diarreas y vómitos, asociadas al consumo de agua contaminada”.
El personero del Alto Baudó, Haiver Mosquera, aboga por que se realice la consulta previa con las comunidades afro e indígenas: “Lo que necesitamos es que el Gobierno haga una consulta previa a las comunidades indígenas y afrodescendientes, para que se determine cuál es la mejor opción para la erradicación de los cultivos ilícitos en la región”.
Otras fuentes indican, que la estrategia de las fumigaciones aéreas hacen parte de la política contrainsurgente liderada por la Fuerza de Tarea Conjunta Titán, de la cual era comandante el General Alzate, retenido y luego liberado, por las FARC.
La Coordinación Regional del Pacífico Colombiano, por su parte, manifiesta que "la situación de la siembra de coca no se resuelve con fumigaciones aéreas. Es necesario satisfacer las necesidades básicas y crear redes de mercadeo de la producción local para que hayan nuevas alternativas. En el Baudó se pasa física hambre, y ahora llega el Estado a agudizar la situación".
Los indígenas de Catrú, Ancosó y Dubasa, la Asociación OREWA, la Asociación de Consejos Comunitarios del Baudó (ACABA), el Foro Interétnico Solidaridad Chocó (FISCH) y la Coordinación Regional del Pacífico le exigen al gobierno seriedad en sus compromisos, que no atenten contra las vidas humanas mediante las aspersiones aéreas. Que de una vez por todas se siente con las comunidades a buscar alternativas distintas a las fumigaciones aéreas con glifosato.