La madrugada del primero de junio en el punto de concentración de la vía Quibdó-Pereira sorprendió a los manifestantes: inició muy temprano la represión del Esmad. Fotografías por Marcelo Aguilar.
A las 4:00 a.m. fueron abordados los manifestantes por cientos de efectivos del Esmad, la Policía y el Ejército, “utilizando armas de fuego, retroexcavadoras y toda clase de armamento anti disturbios como granadas de gas, entre otros. Destrozaron los cambuches de los manifestantes, robaron y dañaron toda su comida, su agua y sus implementos personales”, según indica la denuncia del Congreso de los Pueblos.
Varios heridos. Muchos de ellos, mujeres, ancianos y niños, que en medio de la huida para proteger su integridad se perdieron en la selva y aun no aparecen.
Las organizaciones de la Cumbre Agraria exijieron presencia inmediata de la Defensoría, la Cruz Roja y otras autoridades civiles para que resuelvan esta crisis humanitaria. El Esmad destruyó los alimentos. Los manifestantes requieren agua y comida.
Los manifestantes se habían reunido el dia 31, en una larga jornada, con el gobernador del Chocó, la defensoría del Pueblo, la Cruz Roja, los alcaldes de Tadó y Quibdó, quienes escucharon sus exigencias y el objetivo pacífico de la protesta.
Cerca de 1000 indígenas, afrocolombianos y campesinos mantienen interrumpida la vía Quibdó-Pereira desde la hora cero del día 30 de mayo, en el marco de la Minga Nacional Agraria, Étnica y Popular. El campamento está protegido por la guardia indígena.
Una de las principales demandas de los movilizados era no ser agredidos por la fuerza pública ya que se trata de una movilización totalmente pacífica, de la que participan muchos niños y niñas y dentro de la que se encuentran también mujeres embarazadas.
A pesar de estos graves hechos, la movilización continúa. Miles de indígenas exigen que se cumplan los acuerdos que el Gobierno hizo en 2013 y 2014 con la Cumbre Agraria. Hasta tanto no se logre ese objetivo, la Minga Nacional se mantiene.
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