El Senador Indígena, representante del movimiento MAIS, Luis Evelis Andrade Casamá, dejó esta noche en la Plenaria del Senado una constancia en la que llama la atención del gobierno nacional por la crisis humanitaria que vive el departamento del Chocó y que fue denunciada esta semana por el Defensor del Pueblo, quien se desplazó con todo su equipo de trabajo a esa marginada región del país. Este es el texto de la constancia:
Los colombianos hemos conocido la alerta que el Defensor del Pueblo, doctor Jorge Armando Otálora, ha lanzando sobre la situación del departamento del Chocó. No es la primera vez que organismos de control, organizaciones de la sociedad civil e incluso, altos funcionarios del Estado, se pronuncian sobre la cruda realidad del Chocó.
En 2002, con la participación del entonces vicepresidente Francisco Santos, otros altos funcionarios del gobierno de entonces y miembros de la cooperación internacional, se realizó el Foro “El Chocó También es Colombia”. La sociedad colombiana entera se volcó durante una semana a readiagnosticar la realidad de mi departamento.
Hago esta mención, para denotar la increíble similitud en la problemática de entonces, con la problemática de hoy, incluso a nivel estadístico. Es como si el tiempo no pasara, por desgracia `para mi departamento y mis coterráneos.
Un primer elemento parece pasar desapercibido: El 96% del total de la población chocoana es negra (80%) e indígena (16%). El 96% de su territorio es étnico: 59 Consejos Comunitarios Mayores y 120 Resguardos indígenas. Es decir, el departamento del Chocó es un departamento étnico, manejado por mestizos.
Dice el Defensor que “la crisis que viven los pueblos ancestrales del Chocó es estructural, debido a los intereses económicos y políticos que históricamente han existido sobre estos territorios, sumado a la acción de los grupos armados ilegales, que ha sumido a la población en la marginalidad y la discriminación “
Las cifras son elocuentes, al decir del informe defensorial: 53 desaparecidos en lo que va corrido del año, 58 homicidios solo en el primer semestre del año, de ellos 40 afrocolombianos, 1961 amenazas en los últimos cinco años, de ellas, una tercera parte en 2013. Solo en el período comprendido entre 2011 y 2014, el Sistema de Alertas Tempranas de la Defensoría emitió 17 situaciones de riesgo que afectan el 80% del territorio del departamento. Esta situación de riesgo y violencia afecta a la población negra e indígena en casi un 80%.
La Defensoría señala que las cifras del desplazamiento, no están del todo dimensionadas en el Registro Único de Víctimas, creándose “una disparidad grande entre las declaraciones que se reciben y la expulsión, señalando que sólo este año, el subregistro en el Chocó es cercano o superior al 30 por ciento”.
El 54& de los desplazamiento masivos en el Chocó son de indígenas. Sólo en los tres desplazamientos ocurridos en lo que va del año, uno ocurrido en Riosucio y dos en el Bajo Baudó, fueron afectadas unas 3.311 personas, casi la totalidad de ellas pertenecen al pueblo indígena embera.
Según el informe, uno de los problemas más graves es el de la minería ilegal, que viene causando un desastre ambiental de grandes proporciones. Más grave aún las cifras hechas públicas por el Ministerio de minas y Energía que reconoce que el 98% de las unidades productivas mineras existentes en el Chocó, son ilegales.
Resalto esa frase del Defensor: “La crisis del Chocó es estructural” y tiene que ser estructural, porque en nada se parecen los indicadores nacionales con los del Chocó. Mientras en gobierno se ufana de haber bajado las cifras del desempleo a un dígito, los chocoanos que también somos colombianos, oscilamos en una tasa de desocupación del 22 y 23%. Resulta paradójico, que un departamento tan rico en recursos hídricos tenga una cobertura tan precaria en acueducto y alcantarillado – apenas del 22,5 %, y del 14,9-, lo que muestra un rezago en comparación con el resto del país, donde alcanza el 83,7 y el 73,1 por ciento, respectivamente, según el Defensor.
Los niños y en general los chocoanos se siguen muriendo de enfermedades evitables. Señala el estudio que al menos 20 muertes ocurridas este año fueron por falta de prevención o tratamiento a niños menores de cinco años, para concluir con la alarmante cifra de un 14% de población infantil con desnutrición global.
En mi condición de senador indígena y senador del Chocó me sumo a la alerta del Defensor, quien llama además la atención sobre el reclutamiento forzado a los niños y niñas en esta región.
Peor aún, nada que no conozca el gobierno nacional. Algunos señalan y con razón, que la enfermedad más grave que padece el departamento del Chocó, más allá de lo señalado por el Defensor, lo es el desdén del gobierno nacional.
Dejo constancia, que además de la problemática de orden público, la ley de presupuesto, para citar solo este hecho, en nada le da un tratamiento preferencial a esta región, que debería tenerlo, no solo por su situación de extrema pobreza, sino por tratarse de una región de población étnica, donde habitan principalmente población indígena y afrocolombiana.
Por eso, el Gobierno debe estar disponer recursos importantes para atender problemas como la falta de redes hospitalarias de alta calidad, la electrificación y la construcción de vías en muchos de los municipios, así como para la implementación de políticas de atención en temas tan nodales como la desnutrición, que golpea de manera inclemente a nuestros niños y a la población adulta.
Por eso la importancia del llamado del Defensor cuando llama a poner en marcha “un plan de acción inmediato”, en el que se den garantías “para el acceso prioritario de estas poblaciones a los servicios de salud”.
Nos agrada que el Defensor del Pueblo haya trasladado por una semana su despacho al departamento. Pero como nos gustaría, y es el llamado que hago hoy en este recinto, que quien debe trasladarse en pleno a Quibdó es el Señor Presidente de la Republica, con todo su gabinete, para tratar de manera seria y de fondo la problemática del Chocó. Que se instale de manera inmediata una Mesa que trate de manera preferencial los problemas del Chocó; que desarrolle un verdadero plan de intervención que empiece por devolverle a los habitantes del departamento la esperanza. Es hora que el gobierno y todos los colombianos entendamos que de verdad, “el Chocó también es Colombia.
LUIS EVELIS ANDRADE C.
Senador