El presente informe Las Voces del Pueblo Negro, Indígena y Mestizo está centrado en el tema de las negociaciones de paz en La Habana y sus repercusiones en el territorio chocoano. Se reseña así mismo un hecho significativo liderado desde la Diócesis de Quibdó, en cabeza de Monseñor Juan Carlos Barreto: el S.O.S Chocó que logró hacer visible la crisis de DDHH en el departamento y el pronunciamiento de más de 70 medios de comunicación que publicaron sobre la noticia de la crisis humanitaria en lo corrido del mes de julio de 2014.
El lector encontrará en la voz de los protagonistas de las organizaciones sociales, sus reacciones frente a las repercusiones en el territorio, de lo negociado hasta ahora en La Habana, así como su postura frente a un posible post-acuerdo.
Como un homenaje a los 25 años de la Diócesis de Quibdó se presenta el escrito sobre las opciones pastorales vistas metafóricamente como un “antivirus” que produce defensas ante los virus generadores de violencia
La academia a través de la fundación Universitaria Claretiana presenta su compromiso a impulsar una propuesta sobre la construcción de paz que tenga en cuenta al menos los siguientes elementos: Conocimiento de los preacuerdos, investigación sobre procesos de identificación de daños a las personas y al territorio, ejercicio concreto de una cátedra de paz que no se limite a un “curso sobre paz”, sino a un enfoque de la formación en clave de paz y convivencia.
Educación para la paz, más que un proyecto de la coyuntura, es ante todo, retomar el legado histórico de resistencia y convivencia de los pueblos indígenas y afrocolombianos del Pacífico.
El informe concluye con la relación de hechos verificados sobre violación a los derechos humanos en el territorio y anexos considerados de interés para quien consulta estas páginas.
Comisión Vida, Justicia y Paz
Diócesis de Quibdó
Julio de 2015
Las Voces del Pueblo Negro, Indígena y Mestizo
constituyen una mirada, entre otras miradas;
es una mirada porque la información que
publicamos es solamente una aproximación
a la realidad que vivimos, pues la misma
violencia, los mecanismos del silencio o
silenciamiento de las víctimas o sus familiares
y los mecanismos de impunidad instaurados impiden
recoger la totalidad de los hechos.