Bojayá, Chocó. El oxígeno escaseaba en la capilla, una estructura de cemento, de no más de 120 metros cuadrados, que albergaba a más de 300 habitantes de Bellavista, cabecera municipal de Bojayá. Adentro, ancianos, mujeres, hombres y niños permanecían con los oídos tapados para mitigar el sonido de las balas que desde el 30 de abril los obligaron a abandonar sus casas de madera y buscar refugio en el templo. Afuera, los autores de los disparos: centenas de guerrilleros del Frente 58 de las FARC y de paramilitares del Bloque Élmer Cárdenas, estos últimos ubicados en el anillo de cemento que rodeaba la iglesia, tomando como escudo a la población civil.
Continuar leyendo «Antún Ramos: la víctima que prefiere el perdón»